En nuestra incursión por la literatura de diferentes países nos encontramos con Éditions Bakame.Una editorial de Rwanda comprometida con su pueblo que edita literatura infantil y libros escolares en una lengua nacional africana, a un precio asequible.
Agnes Gyr-Ukunda, la responsable de la editorial considera que el secreto de la supervivencia de esta iniciativa es simplemente “amar lo que se hace, rodearse de personas competentes y creer en un futuro mejor”. Esta filosofía se transmite en la propia dinámica de trabajo del proyecto cuyos objetivos se despliegan en tres direcciones, según las explicaciones Gyr-Ukunda.
Por un lado, “crear y producir una literatura de calidad basada en la cultura rwandesa para niños y jóvenes en lengua nacional kinyarwanda”. Por otro lado, la editorial trata de “promover el hábito de la lectura en un país en el que la cultur a oral tradicional está todavía muy viva y en el que la escritura es reciente”. Y, por último, ¿qué sentido tendría publicar libros a los que nadie puede acceder? Por ello, la responsable de la editorial señala que uno de sus objetivos es “producir libros a precios accesibles”.
El catálogo de Éditions Bakame está lleno de volúmenes apoyados completamente en cuentos tradicionales y rezuma por los cuatro costados una voluntad de valorizar la cultura eminentemente rwandesa, sin complejos, pero sin prejuicios, sin necesidad de imitar nada, con la certeza de que lo propio ya es suficientemente bueno. “La cultura encierra saberes ancestrales y es una referencia para cualquiera que quiera conocer su identidad como individuo que pertenece a un pueblo concreto. Hacer literatura juvenil en lengua nacional basada en la cultura es dar a los jóvenes la oportunidad de conocer la tradición, que es una de las bases reales y sólidas de su propia identidad”, según explica Agnes Gyr-Ukunda.
La visión que desde la editorial tienen del valor de la cultura en el desarrollo personal y colectivo puede parecer inocente, pero en realidad es tremendamente atractiva y motivadora. Gyr-Ukunda asegura que “promover el hábito de lectura entre los jóvenes supone despertarles el gusto por leer, el acceso a los libros y a informaciones diversas” y se muestra convencida de que “saber leer supone combatir la ignorancia y una abertura a la modernidad”. Y desde esa perspectiva esta incansable editora rwandesa da una importancia especial a “aprender a leer y escribir en la lengua materna, porque estar alfabetizado en la lengua propia da la oportunidad de aprender rápido y mejor, facilitando después el aprendizaje de otras lenguas y ofreciendo las competencias necesarias para la vida profesional”.
No cabe duda de que el mérito de Éditions Bakame es grande, tanto por su supervivencia como por sus orígenes, porque no se puede obviar que en 1995 abrieron una puerta que parecía que no existía, la de los libros infantiles en lengua kinyarwanda.
El combate no iba a ser fácil, porque la tradición de literatura escrita en el país es débil y reciente, pero los impulsores del proyecto no se amilanaron. Y Gyr-Ukunda tiene claro por qué su objetivo tenían que ser los niños: “Crear una editorial para jóvenes era para mí una prioridad, para darles la oportunidad de crecer con un libro y de utilizarlo para salir de la ignorancia que es la fuente todo subdesarrollo intelectual. La literatura da placer, permite evadirse, viajar sin desplazarse, relajarse. Yo quería ofrecer este placer a los niños”. Porque más allá de la lectura como placer, la sensibilidad que muestra la editorial en la elección de los temas, de temas comprometidos, pone de manifiesto la voluntad educativa y constructiva. “La lectura como placer permite también los jóvenes lectores familiarizarse con los medios de comunicación y hacer valer su propia voz en las discusiones”, afirma la responsable de Éditions Bakame.
La editorial se enfrenta a un mercado complicado, en el que la publicación resulta cara por el precio de la importación del papel, en el que hay pocos especialistas en la industria editorial, en el que el público tiene poco poder adquisitivo y en el que el libro continúa percibiéndose como un objeto de lujo. A pesar de estas adversidades, los impulsores de este proyecto se aferran, seguramente, a la convicción de que “escribir en la lengua nacional supone vehicular la cultura, apoyar esta lengua y hacer revivir los cuentos y relatos tradicionales”, según la responsable de la editorial.
En todo caso y a pesar de los inconvenientes, preguntar a Gyr-Ukunda por el futuro resulta esperanzador: “El futuro será lo que construyamos hoy. Si utilizamos adecuadamente todas las posibilidades y las oportunidades que se nos presentan hoy, el futuro es viable”.
Éditions Bakame tiene ya 19 años de vida y no sólo eso sino que además afronta un futuro prometedor. Entre sus galardones ha recibido el premio a la mejor editorial de libros infantiles en África en la Feria de Bolonia.