“PALESTINA ERA Y ES” defiende, demuestra y mantiene la raíz del nombre de una tierra que ha sido vilmente usurpada y violada por resoluciones de una injusticia histórica (ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU, 181 de 29 de noviembre de 1.947).

Sobre su sagrado suelo, cuna de tres religiones monoteístas, se ha expulsado y se continúa expeliendo por terrorismo de estado a los legítimos nativos palestinos.
Nuestros derechos a determinar el destino de nuestra sociedad ha sido conculcado y se ha hecho prevalecer a una minoría, enormemente poderosa y maestra de la queja, judíos sionistas, con evidentes lazos históricos con la misma Tierra- ¿Santa?-.

Los lazos históricos fueron convertidos en derechos a crear un Hogar Nacional Judío en Palestina, eufemismo de Estado,- Israel-, por quienes no tenían legitimidad alguna sobre aquella tierra (Balfour, 1917, Ingleterra).

Hitler y el odioso y ancestral concepto de Pueblo Elegido,- ¿por quién?-, amén del apoyo del mundo “civilizado” para crear un FARO que controlara la “Barbarie árabe” hicieron el resto traicionado a sus propios hermanos judíos para obligarlos a emigrar a Palestina.

Los palestinos no somos los responsables del Holocausto ni de las tropelías y felonías que se cometieron y cometen contra nosotros. Los Pilatos Sionistas, de Europa y USA se lavaron las manos enviando judíos a Palestina desde 1917.

HOY SOMOS LAS VÍCTIMAS DE LOS HIJOS DEL HOLOCAUSTO, PADRES DEL GENOCIDIO PALESTINO.
Defendemos nuestro legítimo derecho a liberar nuestros territorios de la bota militar sionista judía.

“NO SE PUEDE ESTRECHAR UNA MANO CON EL PUÑO CERRADO” (GHANDI).
Conocemos muy bien la política de la zanahoria y el palo, Sr. Olmert y sicarios.
Y Aznar dijo(marzo de 2003)……”vamos a arreglar el problema palestino” (pobre, tan joven y desvariando como Bush).
Ya están en el manicomio de la memoria: Bush, Aznar (a) Ansar y Blair. La sangre inocente de la que son sus artífices los teñirán eternamente.

MANIFIESTO DE INTELECTUALES GAZA: CRIMEN Y VERGÜENZA

No es una guerra, no hay ejércitos enfrentados.
Es una matanza.

No es una represalia, no son los cohetes artesanales que han vuelto a caer sobre territorio israelí sino la proximidad de la campaña electoral lo que desencadena el ataque.

No es la respuesta al fin de la guerra, porque durante el tiempo en el que la tregua estuvo vigente el ejército israelí ha endurecido aún más el bloqueo sobre Gaza y no ha cesado de llevar a cabo mortíferas operaciones, 256 muertos en los seis meses de supuesto alto el fuego, con la cínica justificación de que su objetivo eran miembros de Hamás.

¿Acaso ser miembro de Hamas despoja de condición humana al cuerpo desmembrado por el impacto del misil y al supuesto asesinato selectivo
de su condición de asesinato sin más?

No es un estallido de violencia.
Es una ofensiva planificada y anunciada hace tiempo por la potencia ocupante.
Un paso más en la estrategia de aniquilación de la voluntad de resistencia de la población palestina sometida al infierno cotidiano de la ocupación en Cisjordania y en Gaza a un asedio por hambre cuyo último episodio es la carnicería que en estos días asoma en las pantallas de nuestros televisores en medio de amables y festivos mensajes navideños.

No es un fracaso de la diplomacia internacional.
Es una prueba más de complicidad con el ocupante.

Y no se trata sólo de Estados Unidos que no es referencia moral ni política sino parte, la parte israelí, en el conflicto; se trata de Europa, de la decepcionante debilidad, ambigüedad, hipocresía, de la diplomacia europea.

Lo más escandaloso de lo que está pasando en Gaza es que puede pasar sin que pase nada.
La impunidad de Israel no se cuestiona.

La violación continuada de la legalidad internacional, los términos de la Convención de Ginebra y las mínimas normas de humanidad, no tiene
consecuencias.
Mas bien , al contrario , parece que se premia con acuerdos comerciales preferentes o propuestas para el ingreso de Israel en La OSCE.

Y qué obscenas resultan las frases de algunos políticos repartiendo responsabilidades a partes iguales entre el ocupante y el ocupado, entre el que asedia y el asediado, entre el verdugo y la victima.

Qué indecente la pretendida equidistancia que equipara al oprimido con su opresor.

El lenguaje no es inocente.
Las palabras no matan pero ayudan a justificar el crimen.
Y a perpetuarlo.

En Gaza se está perpetrando un crimen.

Lleva tiempo perpetrándose ante los ojos del mundo.

Y nadie podrá decir, como en otro tiempo se dijo en Europa, que no sabíamos.

Teresa Aranguren, Pedro Martinez Montávez, Rosa Regás, José Saramago, Pilar del Rio, Carmen Ruiz Bravo, Belén Gopegui, Constantino Bértolo y Santiago Alba.

PAZ A LA GENTE DE BUENA VOLUNTAD
FUERZA PARA TRABAJAR POR UN MUNDO MEJOR
JUSTICIA Y UTOPÍAS AUNQUE PAREZCAN IMPOSIBLES