No ha sido fácil dadas las circunstancias que vive el país, Bolivia, pero finalmente conseguimos llegar a las comunidades andinas originarias de Pongo y Chango y entregar el material escolar a las niñas y niños que participan del proyecto. En esta ocasión hemos añadido material higiénico y sanitario del que no disponían para combatir la pandemia del #Covid19.
Las imágenes que ahora podéis ver en la galería hablan por si solas y es precisamente ese documento gráfico realizado por la coordinadora del programa , Victora Moya Arce, la aportación que certifica que la colaboración llega a puerto y que seguimos trabajando en un proyecto que pronto cumplirá diez años.
Una vez comentamos la importancia de que los y las menores vayan a la escuela, tengan una formación académica para romper el maldito circulo de la pobreza. Un pueblo instruido , sin analfabetismo sabrá elegir mejor sus gobernantes y podrá cooperar y formar parte de una sociedad mas justa , mas igualitaria, equitativa y porque no feliz.
Agradecemos a la comunidad educativa boliviana su receptividad y admiramos la profesionalidad que los lleva a estar ahí, a pie del cañón, manteniendo las escuelitas rurales abiertas. Estas escuelas permiten la descentralización del país y cumplen un rol importante al momento de valorar y fomentar la sabiduría de la gente de esas zonas, porque trabajan activamente en la unión de la escuela con el resto de la comunidad, a partir de un trabajo colaborativo.
Os invitamos a participar de este proyecto coeducativo , solido y extenso. Ser parte es hacerlo posible y la colaboración no entiende de razas ni de fronteras. En realidad no hay distancia cuando existe buena voluntad .